Producción
Sobre el módulo de producción cabe mencionar que, aunque disponemos de un estándar, jamás se ha instalado sin ajustes y personalizaciones.
En la gestión de los distintos departamentos de cualquier empresa siempre podemos contar con condiciones externos. Nuestra gestión de ventas se complica o simplifica dependiendo de los requerimientos de nuestros clientes. En los módulos de compras nos encontramos con que las limitaciones de nuestros proveedores se convierten en las nuestras, ni que hablar sobre los departamentos contables y financieros – es la Hacienda Pública y las propias entidades de crédito quienes establecen las reglas de juego.
No obstante, hay dos departamentos, el control de almacén y el de producción, que no tienen condicionantes externos. Cada planta de producción, cada almacén funciona de una forma específica, no hay estándares para eso. Empresas que fabrican el mismo producto necesitan programas de gestión distintos por las máquinas de las que disponen, la cualificación de sus empleados o, incluso, la distribución de la planta de producción.
Así que, después de muchos años y de muchas instalaciones, hemos llegado a la conclusión de que debemos disponer de un esqueleto claro de trabajo; escandallos, órdenes de fabricación, órdenes de reaprovisionamiento, partes de trabajo, control de tiempos de preparación, control de herramientas y mantenimiento de máquinas, etc. Y sobre él, se ha de construir, aprovechando la experiencia de cada uno en su propia casa, un sistema propio de trabajo que sea capaz de rentabilizar la inversión que conlleva una implantación de este tipo.
Se ha de ser sensible al entorno y dedicar tiempo al diseño de interfaces preparados para cada puesto de trabajo; tabletas sin teclado, dispositivos móviles, etc., con la posibilidad de acoplar a ellos componentes físicos especializados; relojes de fichaje, conexiones a máquinas para preparar programaciones PLC o extraer valores de producción, conexiones con equipamiento de control de calidad, etc.
El control de producción interna puede combinarse sin problemas con la externalización de ciertas fases de trabajo controlando de paso toda la gestión de posibles talleres externos.