Notificamos a la Comunidad de usuarios DUIR que nuestras oficinas centrales han cambiado de emplazamiento.
Nuestras nuevas dependencias están ubicadas en el centro de Madrid y disponen del más alto sistema de comunicaciones para seguir ofreciendo un servicio infalible a nuestros clientes.
Hemos aprovechado el traslado para cambiar el número de teléfono de nuestra centralita, hemos quitado definitivamente el 902 y ahora disponemos de un número de llamada nacional completamente gratuito.
Nuestras oficinas de Segovia se han cerrado definitivamente. Los usuarios DUIR de la zona recibirán, desde ahora, servicio directo desde Madrid.
Hasta aquí la notificación formal.
Pero si desean ampliar la información y sonreír un rato, nos confesamos del todo…
Hace poco que nos trasladamos a Segovia y, como decíamos en nuestro anterior comunicado, “sólo pretendemos trabajar con una planificación tributaria y contributiva clara y a largo plazo”. Y así ha sido.
Arropados con un espíritu de colaboración con las zonas menos industrializadas del país, y dado que ya teníamos una sucursal en Segovia desde hacía tiempo y que nuestro trabajo puede realizarse a distancia sin ningún tipo de problema, decidimos ubicar nuestras oficinas centrales en ese punto geográfico. Entendíamos que cualquier tipo de industria sería bienvenido en esos lugares.
Pues bien, así fue. Las administraciones públicas nos recibieron con los brazos abiertos. El saludo inicial fue una Inspección de IVA y, desde ese momento, fue in crescendo.
A raíz de estos agradables acontecimientos, nos vimos forzados a tomar contacto con gestorías, asesorías y gabinetes de abogados locales, y todos coincidían en el análisis de la situación: “nosotros ya tenemos nuestras sedes fiscales en Madrid por este motivo”.
Vaya sorpresa nos llevamos, ¿cómo es posible? Y también coincidieron todos en la respuesta: “Muchos funcionarios, poca industria… resultado: dos o tres inspecciones por año. Estas zonas son la inquisición administrativa”.
Sí, sí que son más rápidos en su funcionamiento interno, pero no parece que agradezcan demasiado que nuevas empresas se localicen en sus tierras y, ante nuestras preguntas directas a la administración, la respuesta es evidente: “eso no es de mi departamento”.
Bueno! Suponemos que los funcionarios tienen poco trabajo y así desean seguir, ah! y no es responsabilidad de nadie.
En realidad nos han obligado a cambiar el cochinillo por el “bocata” de calamares.